viernes

4. CONTROL DE OBTURADOR Y DIAFRAGMA


Al tomar una fotografía, el obturador de nuestra cámara se abre dejando que la luz alcance al sensor durante un tiempo determinado. Ese tiempo se llama velocidad de obturación. Suele indicarse en segundos y fracciones de segundo, y nos permite -junto a la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO- determinar la exposición de una fotografía.

Para controlar el tiempo de exposición de la cámara debemos pasar al modo manual, lo que nos permite lograr efectos tan opuestos entre sí como son, por ejemplo, congelar el movimiento de un coche de Fórmula 1 seleccionando una velocidad rápida por encima de 1/500 seg. (representado en la cámara simplemente como 500), o difuminar el agua del curso de un río mediante una velocidad lenta por debajo de 1/30 seg. o incluso de varios segundos.
Las opciones de cambio de velocidad también se pueden manipular desde los modos prefijados de Prioridad de Obturación o de Exposición, aunque suelen ser modificaciones limitadas a las prestaciones de la cámara.


EJEMPLOS


MOVIMIENTO CONGELADO
Tiempo de exposición reducido
El obturador permanece abierto milésimas de segundo: 1/500, 1/1000, 1/2000... 1/6000 o agrega flash para controlar el movimiento.














 



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MOVIMIENTO SUGERIDO
Tiempo de exposición amplio
El obturador permanece abierto por un tiempo más prolongado, dependiendo también de la velocidad del movimiento que se está fotografiando. Se puede obtener con, por ejemplo, 1/15, si el objeto se desplaza con rapidez y/o está próximo al lente. Y con, por ejemplo, 30 segundos, si el movimiento es apenas perceptible (desplazamiento de algunos seres vivos, la rotación terrestre...). La cámara permanece fija.





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BARRIDO
Tiempo de exposición amplio
El obturador permanece, igual que en el Movimiento Sugerido, abierto durante un tiempo más holgado, pero ahora la cámara gira en su propio eje y sigue al objeto o sujeto en movimiento -de un extremo a otro del cuadro, en "paneo"-, mientras se lleva a cabo la exposición.






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Situado dentro del objetivo, está el DIAFRAGMA: es un conjunto de aspas que conforman el orificio por donde entra la luz, las cuales se cierran o abren para dejar entrar mayor o menor cantidad de luz. Cuanto más pequeño es el orificio más profundidad de campo obtenemos, es decir, la nitidez de la imagen se observa en mayor cantidad de planos de la escena. Los valores del diafragma (más o menos abierto) se representan con el número f (en óptica, es la medida cuantitativa de la luminosidad del lente), un término esencial en fotografía; y debemos tener en cuenta que un número f 1,4 se refiere a un diafragma más abierto, mientras que un f 22 será muy cerrado. Esta relación da lugar a una escala normalizada en progresión de : 1 1,4 2 2,8 4 5,6 8 11 16 22 32 45 etc. El salto de un valor al siguiente se llama un paso.





FOCO SELECTIVO
diafragma abierto, distancia focal larga y aproximarse al objeto/sujeto.
Escoja el elemento dentro del cuadro que usted desea que tenga la mayor nitidez y definición, y haga en éste el foco. Ya sea que esté en primer plano (y el fondo arruine o "ensucie" su composición) o en planos posteriores, abra el diafragma lo más posible, mientras compensa -en el caso de ser necesario- minimizando el tiempo de exposición. A mayor abertura, menor profundidad de campo. Los elementos que estén más lejos, detrás o adelante de lo que usted enfocó, aparecerán poco reconocibles, fuera de foco o desenfocados.









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TODO A FOCO
diafragma cerrado, distancia focal corta y alejarse del objeto/sujeto
Cerrar el diafragma al máximo es la consigna, aunque claro, ayuda mucho un lente corto, gran angular.











Finalmente, los sensores de las cámaras pueden trabajar a diferentes SENSIBILIDADES. Es decir, a mayor sensibilidad, mayor cantidad de luz pueden captar o dicho de otra manera cuanto menos luz tengas, mas alta debe ser el ISO.
La sensibilidad es pues, otro parámetro a configurar en cada foto que disparas.
La sensibilidad se mide según el estándar ISO, en el cual, cuanto mayor es el número, mayor es la sensibilidad. Son sensibilidades típicas 100, 200, 400, 800, 1600. En cada uno de estos saltos se obtiene el doble de sensibilidad. Así, en una cámara en ISO 200 se está aplicando el doble de sensibilidad que si fuese en ISO 100. Muchas cámaras permiten además utilizar valores intermedios como 600 ó 1200.
Pero el hecho de aumentar la sensibilidad, no nos da siempre ventajas, ya que al hacerlo estamos perdiendo definición y con ello aumenta el nivel de ruido. Se le llama ruido a los puntos de colores que van apareciendo, especialmente en las zonas oscuras de la fotografía. En estas fotos podemos ver cómo afecta la sensibilidad del sensor al nivel de ruido. Según aumentamos la sensibilidad aumenta a la vez el nivel de ruido (o grano, en fotografía análoga)

lunes

3. EL EQUIPO FOTOGRÁFICO





¿Qué es una cámara fotográfica y cómo funciona?

Una cámara fotográfica es un mecanismo que permite capturar imágenes en un material fotosensible, que puede ser una película fotográfica o un sensor de imagen electrónico. Todo esto se realiza dentro de la oscuridad de la cámara, la cual posee una abertura en uno de los extremos, por donde entra la luz. En el otro extremo se encuentra el material o sensor fotosensible donde quedará capturada la imagen. Por lo general las cámaras utilizan un lente (también conocido como objetivo) en su abertura, para así poder regular la cantidad de luz que entra en la cámara, así como para lograr un mejor enfoque de la imagen.
La menor o mayor cantidad de luz o brillo de la escena durante el proceso de captura (la cantidad de luz que entrará en la cámara) es controlada por el tamaño de la abertura o diafragma (generalmente ubicado en el lente) así como por el obturador de la cámara, el que se encarga de la cantidad de tiempo que la luz incide en el material fotosensible o sensor.
Hoy en día existen cientos de cámaras con una serie de funciones diferentes, pero si debemos clasificarlas, podemos hacerlo en las siguientes categorías:


1. Compacta. 


Son cámaras ideales para aquellos que se inician en la fotografía, pues son muy sencillas de manejar, duraderas y su tamaño reducido les permite a los usuarios un transporte y cuidado sencillo. Son perfectas para poder tomar fotografías de tus viajes, paisajes, fiestas o cualquier otro espacio que no necesite de distancias focales muy grandes. Se les denomina como las “point and shoot”, para clarificar la función “apuntar y disparar”.

2. Cámaras Bridge / Superzoom. 

Estas cámaras se encuentran a medio camino entre las compactas y las réflex. Por eso se llaman 'bridge', en español, 'puente'. Por un lado, tienen un mayor coste y tamaño que las compactas pero menor que las réflex o las evil. Y, por otro lado, las funcionalidades y calidad que ofrecen las bridge son también intermedias.
Se trata de cámaras cuyo objetivo no es intercambiable, pero que ofrece mayor calidad que las anteriores y, en algunos modelos, el zoom supera, incluso, los 80x. Por eso se las llama también cámaras superzoom. Además, la velocidad de disparo y de enfoque es muy superior al que ofrecen las cámaras compactas, por lo que ganamos en calidad y en rapidez. Algunos modelos incluyen incluso, zapata para flash o la posibilidad de guardar los archivos en formato RAW.
No te van a ofrecer el "poder" de una réflex, pero sí, al menos, dan la posibilidad al fotógrafo de modificar valores como la apertura o el tiempo de exposiciónOpta por comprar una de estas si estás buscando una cámara con mucho zoom para fotografiar escenas lejanas o estás interesado en la fotografía de naturaleza.

3. Cámaras Réflex / DSLR. 

Las cámaras DSLR (o réflex digital) son las más conocidas por todo el mundo, sobre todo por el nivel de calidad de imagen que ofrecen, tanto en fotografía como en vídeo. Esto se debe en parte, a la calidad y el tamaño de los sensores que incorporan.
Estas cámaras permiten intercambiar diferentes objetivos fijos y zoom, podemos disparar en formato RAW, y tienen cada vez más y más funcionalidades. Otro de sus puntos fuerte es la ergonomía, puesto que se adaptan a las manos, y los botones están colocados estratégicamente en la posición más accesible. También existen una gran cantidad de accesorios y equipo fotográfico para cada tipo de fotografía que desees practicar: retrato, paisaje, insectos, producto, moda, etc...
El tamaño y el peso, así como la cantidad de accesorios que quieras transportar, pueden ser el único problema para alguien que no está acostumbrado a llevar una cámara. El precio también es bastante más elevado, aunque a partir de 350 mil pesos ya podemos obtener cámaras réflex básicas, que son muy asequibles para los fotógrafos principiantes. Si queremos más calidad tendremos que optar por la gama media o la gama alta que ya subirán del millón de pesos.
Este tipo de cámara va dirigido a aficionados avanzados y profesionales, tanto fotógrafos como videógrafos, sobre todo las de gama más alta. Se utilizan hasta incluso en la producción de obras cinematográficas y cortometrajes, por la altísima calidad de vídeo que pueden llegar a ofrecer algunos modelos. Como te hemos comentado, si estás decidido a iniciarte en la fotografía más avanzada, hay modelos perfectos para que sigas practicando tu afición como fotógrafo o incluso para aprender desde cero.
Opta por comprar una cámara réflex digital si lo que quieres es tener un control técnico absoluto sobre las parámetros de una cámara. Te ofrecerán una increíble calidad de imagen y estupendos resultados hasta en condiciones de luz baja. Eso sí, el tamaño y el peso, sumando el de los objetivos intercambiables y los accesorios, es un aspecto que deberás aceptar y asumir.

4. Cámaras CSC / Mirrorless (Sin espejo) / EVIL. 



Las cámaras CSC (Compact System Camera) también las encontrarás con otros nombres como: EVIL, MSC (Mirrorless System Camera) o Sin Espejo. Si te fijas, son una mezcla entre lo que sería una cámara compacta y una réflex, puesto que su tamaño es reducido al no llevar espejo ni pentaprisma, pero permite intercambiar objetivos. Podríamos decir que coge lo mejor de ambas y lo fusiona.
Aunque son relativamente nuevas por llevar menos tiempo en el mercado, han evolucionado notablemente. Poniéndose a la altura cualitativa de las cámaras réflex. Muchos expertos en la materia consideran que las CSC son el futuro de la fotografía y conseguirán hacerse con la supremacía del sector. 
Este tipo de cámaras tienen muchas ventajas, como son el tamaño reducido, que permite pasar desapercibido y llevarlas en casi cualquier parte. Los objetivos van acorde con los cuerpos, ocupando poco espacio, aunque la gama de los mismos es aún un poco reducida en algunas marcas.
Sin embargo, hay algunos aspectos no tan buenos a tener en cuenta. Por un lado, disponen de un visor digital en vez de un visor óptico, al que, quizás, cuesta acostumbrarse. Aunque a favor tiene que podemos ver multitud de opciones directamente en la pantalla del visor. Al tratarse de cámaras 100% electrónicas consumen más batería y al ser más pequeñas, también tienen menos autonomía que las réflex.
El tema de la ergonomía es algo que a algunos no convence, primero porque al ser tan pequeñas no tienen la sensación de buen agarre. También, porque para modificar algún parámetro hay que acceder a menús debido a la falta de botones, lo que cual retarda el disparo.
Respecto a los precios, si queremos los modelos que nos den una calidad comparable a la de las réflex, tendremos que invertir de 1.500.000 hacia arriba.
Es una excelente opción para profesionales que desean adquirir una segunda cámara más reducida y portátil que su DSLR habitual. Además de ofrecer buena calidad de imagen, está la opción de intercambiar los objetivos, que además suelen ser de muy buena calidad (incluso el que viene con el kit inicial).
Para aquellos interesados en grabar vídeo son unas estupendas compañeras, porque suelen contar con un enfoque automático muy fiable incluso cuando grabas sujetos u objetos en movimiento. Son ideales para montarlas sobre un estabilizador debido a su reducido tamaño y peso. Si siguen evolucionando y mejorando sus funcionalidades y consiguen ir bajando de precio, es muy posible que acaben por convertirse en la opción favorita de los fotógrafos profesionales.

Otros Tipos de Cámaras Digitales
Estos son los cuatro tipos de cámara más habituales que encontrarás en el mercado. Sin embargo, hay otros tipos de cámara digital que también conviene mencionar:

Cámaras de Medio Formato


Estos Las cámaras de medio formato se encuentran en la cúspide de la profesionalidad fotográfica. Poseen sensores mejores y mayores que los de las mejores full-frame que conozcas, con un tamaño por encima de los 24x36 mm. Lo que te permite obtener imágenes con una resolución de 60 Megapíxeles, lo mejor de lo mejor.
Estas cámaras las fabrican solo algunas marcas como Hasselblad, Leica o Pentax y sus precios rondan entre los 10.000 y los 30.000 euros. Sin duda, son cámaras disponibles solo al alcance de unos pocos, por eso suelen utilizarse en sectores muy concretos como la moda y la publicidad.

Cámaras de Acción



Las action cam o cámaras deportivas han adquirido una gran popularidad en los últimos años. Son tan pequeñas que caben en la palma de la mano y tan ligeras que puedes llevarlas adheridas a cualquier parte con infinidades de accesorios. Aunque los ajustes no suelen ser personalizables, por lo que será la cámara la que haga todo el trabajo.
Normalmente, cuentan con lentes fijas de calidad que captan imágenes con una perspectiva gran angular o de ojo de pez. Además de fotografías, permiten la captura de sonido y de vídeo en alta definición (incluso bajo el agua). Son ideales para aquellos que practican deportes de aventura, viajes o actividades de ocio y necesitan una cámara pequeña, robusta, compacta y versátil. 

Cámaras de 360º


Las cámaras de 360º van un paso más allá que las cámaras de acción sencillas, ya que permiten la captura de fotos y vídeos panorámicos en 360 grados alrededor del fotógrafo. Muchas también son resistentes al agua e igual de versátiles a la hora de ser adheridas a cascos, coches o drones. Para que te hagas una idea, las imágenes que obtendrías serían parecidas a las del Google Street View. Ellos fueron los pioneros en utilizar este tipo de tecnología y ponerla de moda.
Las imágenes y vídeos que toma son muy realistas, y algunas permiten la opción de visualizar su contenido en tiempo real. Sin embargo, el verdadero sentido de este tipo de cámaras es la reproducción del contenido en gafas de realidad virtual, que permitan al usuario ver y moverse a través de las fotografías y los vídeos. 

Cámara instantánea Digital



Las cámaras instantáneas están muy de moda, sobre todo las analógicas. Sin embargo, lo retro no dura para siempre y marcas como Instax o Polaroid ya han empezado a sacar al mercado algunos modelos de cámara instantánea híbrida y digital.
Mantienen la esencia de la impresión en el momento, pero con alguna que otra mejora. Me refiero a que, además de poder hacer una foto y revelarla, ofrecen la posibilidad de almacenar las fotografías en formato digital y de elegir imprimir solo las fotos que más nos gusten, para no malgastar papel con fotos mal tomadas. Además, puedes hacer varias copias de la misma foto o incluso añadir filtros antes de revelarlas.

*Información extraída del sitio Dzoom

2. EL OJO HUMANO Y LA CÁMARA FOTOGRÁFICA



Semejanzas y diferencias entre el ojo humano y la cámara de fotos

¿Cuántas veces has querido sacar una foto de un paisaje que estás viendo pero al hacerla no sale igual a como la ves? Esto se debe, en gran medida, a las diferencias existentes entre el ojo humano y las cámaras de fotos. Sin embargo, las lentes de las cámaras fotográficas y su mecanismo interno están pensados principalmente para imitar nuestra visión

¿En qué se parecen el ojo humano y la cámara de fotos?

A grandes rasgos podemos decir que sus similitudes se basan en el funcionamiento básico de ambos. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que la anatomía de nuestro ojo es mucho más compleja que la de una cámara fotográfica.

Si recurrimos a una sencilla explicación podemos decir que nuestros ojos para ver necesitan recibir rayos de luz. Estos atraviesan la pupila, después pasan al cristalino y llegan a la retina. Una vez aquí y gracias a las células fotosensibles de la retina, la luz se transforma en señales eléctricas que se envían a nuestro cerebro.

Por su parte, las cámaras de fotos, al igual que el ojo, también captan luz. Esta traspasa el diafragma y los cristales que conforman la lente de la cámara hasta llegar un pequeño dispositivo, llamado CCD o CMOS (más utilizados en smartphones). Este tipo de sensores con diminutas células fotoeléctricas registran la imagen y la envían la información al procesador para mostrárnosla.





Ahora bien, veamos la relación entre las partes del ojo y las de una cámara fotográfica:

Pupila vs. Diafragma

La pupila es la encargada de regular el flujo de luz que nuestros ojos captan. A más luz, la pupila se contrae y a menos luz, se dilata.

En la cámara, la parte que desempeña esta función es el diafragma. Su apertura y la velocidad en que se abre y se cierra el obturador regula la cantidad de luz que pasa por el objetivo hacia el sensor de la cámara.


Retina vs Sensor CCD / CMOS

En el ojo, la retina es la parte a la que llega la luz antes de transformarse en señales eléctricas. Si buscamos en la cámara fotográfica un elemento que se asemeje nos encontramos con los sensores CCD o CMOS. Se puede decir que estos dispositivos son los encargados de transformar la luz en carga eléctrica para crear cada pixel de la imagen. En las cámaras antiguas, esta función la realizaban las películas fotográficas o carretes.


Cristalino vs. sistema de enfoque

El enfoque es un término muy utilizado en fotografía y también está presente en nuestro ojo. El cristalino, a través de sus músculos ciliares, se encarga de modificar el enfoque de los objetos en función de la distancia a la que nos encontremos. Por ejemplo, la presbicia, que impide enfocar correctamente los objetos cercanos, equivaldría a un sistema de enfoque estropeado en una cámara. Cuando la presbicia es completa, el ojo funcionaría como una cámara con objetivo de foco único.


¿Por qué es diferente la visión del ojo humano y la de la cámara?

La anatomía del ojo humano es mucho más compleja que la de una cámara fotográfica. Por ejemplo, resulta muy complicado calcular la resolución que puede ofrecer nuestros ojos. La imagen que captamos a través de los ojos no es fija y varía creando distintos campos de visión, algo más parecido a una cámara de vídeo.

Además nuestro ojo es capaz de evaluar una escena, en función de la luz, y adaptarse a ella con mucha mayor capacidad que una cámara. La cámara nos ofrece un único tipo de exposición según una zona concreta. El cerebro procesa mucho la imagen final integrando las imágenes dinámicas de ambos ojos, como haría un editor digital al hacer una composición de imágenes.

Otra diferencia ha tener en cuenta es que el ojo es un órgano curvo mientras que en las cámaras el sensor que interpreta la imagen es plano.

Sin duda, hay semejanzas entre un ojo humano y una cámara de fotos pero también diferencias que hacen que nuestro sentido de la vista sea extraordinario y su funcionamiento tan excepcional que la tecnología no puede superarlo.


*Artículo extraído del blog del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega

domingo

1. LOS INICIOS DE ESTA HISTORIA




El término cámara deriva de camera, que en latín significa "habitación" o "cámara’. 

La cámara oscura original era una habitación cuya única fuente de luz era un minúsculo orificio en una de las paredes. La luz que penetraba en ella por aquel orificio proyectaba una imagen del exterior en la pared opuesta. Aunque la imagen así formada resultaba invertida y borrosa, los artistas utilizaron esta técnica, mucho antes de que se inventase la película, para esbozar escenas proyectadas por la cámara. Con el transcurso de los siglos la cámara oscura evolucionó y se convirtió en una pequeña caja manejable, y al orificio se le instaló una lente óptica para conseguir una imagen más clara y definida.
300 a.c.




Aristóteles utiliza la cámara oscura para estudiar los eclipses de sol.
Siglo XVII

Leonardo Da Vinci se da cuenta que las imágenes recibidas en el interior de la habitación son de tamaño más reducido e invertido, conservando su propia forma y colores.
Siglo XVIII




La sensibilidad a la luz de ciertos compuestos de plata, particularmente el nitrato y el cloruro de plata, era ya conocida antes de que los científicos británicos Thomas Wedgwood y Humphry Davy comenzaran sus experimentos a finales del siglo XVIII para obtener imágenes fotográficas. Consiguieron producir imágenes de cuadros, siluetas de hojas y perfiles humanos utilizando papel recubierto de cloruro de plata. Estas fotos no eran permanentes, ya que después de exponerlas a la luz, toda la superficie del papel se ennegrecía, con lo cual nunca pudieron llegar a conseguir el fijado de las imágenes.
Siglo XIX



Este es el siglo del nacimiento de la fotografía, exactamente en el año 1826, que es cuando el físico francés Nicéphore Niépce consigue una imagen mediante la utilización de la cámara oscura y un procedimiento fotoquímico. 


Niépce bautiza a su invento con el nombre de heliograbados, pero no es hasta el año 1831 cuando el pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre realizó fotografías en planchas recubiertas con una capa sensible a la luz de yoduro de plata. Después de exponer la plancha durante varios minutos, Daguerre empleó vapores de mercurio para revelar la imagen fotográfica positiva. 





Estas fotos (llamadas daguerrotipos) no eran permanentes porque las planchas se ennegrecían gradualmente y la imagen acababa desapareciendo. En las primeras fotografías permanentes conseguidas por Daguerre, la plancha de revelado se recubría con una disolución concentrada de sal común. Este proceso de fijado, descubierto por el inventor británico William Henry Fox Talbot, hacía que las partículas no expuestas de yoduro de plata resultaran insensibles a la luz, con lo que se evitaba el ennegrecimiento total de la plancha. Con el método de Daguerre se obtenía una imagen única en la plancha de plata por cada exposición.









En "Cámara Oscura", la más famosa de las series de Abelardo Morell, el fotógrafo cubano radicado en los Estados Unidos, Morell transforma un ambiente cerrado en una cámara oscura. Como resultado, la escena que transcurre fuera de la habitación, en las calles de la ciudad, se proyecta invertida dentro de ésta, fundiendo de este modo, el espacio exterior con el interior.

Tomamos la experiencia de
Niépce y Daguerre y la recreamos. Ocurrió a comienzos del 2000, cuando la tecnología digital recién se masificaba en Chile y en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales (UDP) contábamos aún con un laboratorio de revelado y positivado en blanco y negro, a cargo del fotógrafo Pedro Marinello. Aquí algunas imágenes de registro:








Abajo, Constanza Rebolledo posa varios segundos para que su imagen quede registrada en el papel fotosensible con el que cargamos una de nuestras cámaras oscuras. A continuación, el negativo obtenido de esa toma, y su positivo, conseguido por contacto en el laboratorio.








Otros dos ejemplos:







Mientras Daguerre perfeccionaba su sistema, Talbot desarrolló un procedimiento fotográfico que consistía en utilizar un papel negativo a partir del cual podía obtener un número ilimitado de copias. Talbot descubrió que el papel recubierto con yoduro de plata resultaba más sensible a la luz si antes de su exposición se sumergía en una disolución de nitrato de plata y ácido gálico, disolución que podía ser utilizada también para el revelado de papel después de la exposición. Una vez finalizado el revelado, la imagen negativa se sumergía en tiosulfato sódico o hiposulfito sódico para hacerla permanente. El método de Talbot, llamado calotipo, requería exposiciones de unos 30 segundos para conseguir una imagen adecuada en el negativo. Tanto Daguerre como Talbot hicieron públicos sus métodos en 1839. Ese mismo año John Eilliam Herschel da el nombre de "fotografías" a las imágenes fijas.

En un plazo de tres años el tiempo de exposición en ambos procedimientos quedó reducido a pocos segundos.

En el procedimiento del calotipo la estructura granular de los negativos aparecía en la copia final. En 1847, el físico francés Claude Félix Abel Niépce de Saint-Victor concibió un método que utilizaba un negativo de plancha o placa de cristal. Ésta, recubierta con bromuro de potasio en suspensión de albúmina, se sumergía en una solución de nitrato de plata antes de su exposición. Los negativos de estas características daban una excelente definición de imagen, aunque requerían largas exposiciones.

En 1851 el escultor y fotógrafo aficionado británico Frederick Scott Archer introdujo planchas de cristal húmedas al utilizar colodión en lugar de albúmina como material de recubrimiento para aglutinar los compuestos sensibles a la luz. Como estos negativos debían ser expuestos y revelados mientras estaban húmedos, los fotógrafos necesitaban un cuarto oscuro cercano para preparar las planchas antes de la exposición, y revelarlas inmediatamente después de ella. Los fotógrafos que trabajaban con el estadounidense Mathew B. Brady realizaron miles de fotos de los campos de batalla durante la guerra de la Independencia estadounidense y para ello utilizaron negativos de colodión húmedos y carromatos a modo de cámara oscura.





Puesto que el procedimiento del colodión húmedo estaba casi limitado a la fotografía profesional, varios investigadores trataron de perfeccionar un tipo de negativo que pudiera exponerse seco y que no necesitara ser revelado inmediatamente después de su exposición. El avance se debió al químico británico Joseph Wilson Swan, quien observó que el calor incrementaba la sensibilidad de la emulsión de bromuro de plata. Este proceso, que fue patentado en 1871, también secaba las planchas, lo que las hacía más manejables. En 1878 el fotógrafo británico Charles E. Bennett inventó una plancha seca recubierta con una emulsión de gelatina y de bromuro de plata, similar a las modernas. Al año siguiente, Swan patentó el papel seco de bromuro.



Mientras estos experimentos se iban sucediendo para aumentar la eficacia de la fotografía en blanco y negro, se realizaron esfuerzos preliminares para conseguir imágenes de objetos en color natural, para lo que se utilizaban planchas recubiertas de emulsiones. En 1861, el físico británico James Clerk Maxwell obtuvo con éxito la primera fotografía en color mediante el procedimiento aditivo de color. Alrededor de 1884 el inventor estadounidense George Eastman patentó una película que consistía en una larga tira de papel recubierta con una emulsión sensible. En 1889 realizó la primera película flexible y transparente en forma de tiras de nitrato de celulosa. El invento de la película en rollo marcó el final de la era fotográfica primitiva y el principio de un periodo durante el cual miles de fotógrafos aficionados se interesarían por el nuevo sistema.