EJEMPLOS
viernes
4. CONTROL DE OBTURADOR Y DIAFRAGMA
EJEMPLOS
lunes
3. EL EQUIPO FOTOGRÁFICO
¿Qué es una cámara fotográfica y cómo funciona?
2. EL OJO HUMANO Y LA CÁMARA FOTOGRÁFICA
Semejanzas y diferencias entre el ojo humano y la cámara de fotos
¿Cuántas veces has querido sacar una foto de un paisaje que estás viendo pero al hacerla no sale igual a como la ves? Esto se debe, en gran medida, a las diferencias existentes entre el ojo humano y las cámaras de fotos. Sin embargo, las lentes de las cámaras fotográficas y su mecanismo interno están pensados principalmente para imitar nuestra visión.
¿En qué se parecen el ojo humano y la cámara de fotos?
A grandes rasgos podemos decir que sus similitudes se basan en el funcionamiento básico de ambos. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que la anatomía de nuestro ojo es mucho más compleja que la de una cámara fotográfica.
Si recurrimos a una sencilla explicación podemos decir que nuestros ojos para ver necesitan recibir rayos de luz. Estos atraviesan la pupila, después pasan al cristalino y llegan a la retina. Una vez aquí y gracias a las células fotosensibles de la retina, la luz se transforma en señales eléctricas que se envían a nuestro cerebro.
Por su parte, las cámaras de fotos, al igual que el ojo, también captan luz. Esta traspasa el diafragma y los cristales que conforman la lente de la cámara hasta llegar un pequeño dispositivo, llamado CCD o CMOS (más utilizados en smartphones). Este tipo de sensores con diminutas células fotoeléctricas registran la imagen y la envían la información al procesador para mostrárnosla.
Ahora bien, veamos la relación entre las partes del ojo y las de una cámara fotográfica:
Pupila vs. Diafragma
La pupila es la encargada de regular el flujo de luz que nuestros ojos captan. A más luz, la pupila se contrae y a menos luz, se dilata.
En la cámara, la parte que desempeña esta función es el diafragma. Su apertura y la velocidad en que se abre y se cierra el obturador regula la cantidad de luz que pasa por el objetivo hacia el sensor de la cámara.
Retina vs Sensor CCD / CMOS
En el ojo, la retina es la parte a la que llega la luz antes de transformarse en señales eléctricas. Si buscamos en la cámara fotográfica un elemento que se asemeje nos encontramos con los sensores CCD o CMOS. Se puede decir que estos dispositivos son los encargados de transformar la luz en carga eléctrica para crear cada pixel de la imagen. En las cámaras antiguas, esta función la realizaban las películas fotográficas o carretes.
Cristalino vs. sistema de enfoque
El enfoque es un término muy utilizado en fotografía y también está presente en nuestro ojo. El cristalino, a través de sus músculos ciliares, se encarga de modificar el enfoque de los objetos en función de la distancia a la que nos encontremos. Por ejemplo, la presbicia, que impide enfocar correctamente los objetos cercanos, equivaldría a un sistema de enfoque estropeado en una cámara. Cuando la presbicia es completa, el ojo funcionaría como una cámara con objetivo de foco único.
¿Por qué es diferente la visión del ojo humano y la de la cámara?
La anatomía del ojo humano es mucho más compleja que la de una cámara fotográfica. Por ejemplo, resulta muy complicado calcular la resolución que puede ofrecer nuestros ojos. La imagen que captamos a través de los ojos no es fija y varía creando distintos campos de visión, algo más parecido a una cámara de vídeo.
Además nuestro ojo es capaz de evaluar una escena, en función de la luz, y adaptarse a ella con mucha mayor capacidad que una cámara. La cámara nos ofrece un único tipo de exposición según una zona concreta. El cerebro procesa mucho la imagen final integrando las imágenes dinámicas de ambos ojos, como haría un editor digital al hacer una composición de imágenes.
Otra diferencia ha tener en cuenta es que el ojo es un órgano curvo mientras que en las cámaras el sensor que interpreta la imagen es plano.
Sin duda, hay semejanzas entre un ojo humano y una cámara de fotos pero también diferencias que hacen que nuestro sentido de la vista sea extraordinario y su funcionamiento tan excepcional que la tecnología no puede superarlo.
*Artículo extraído del blog del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega
domingo
1. LOS INICIOS DE ESTA HISTORIA

Aristóteles utiliza la cámara oscura para estudiar los eclipses de sol.
Siglo XVII
Leonardo Da Vinci se da cuenta que las imágenes recibidas en el interior de la habitación son de tamaño más reducido e invertido, conservando su propia forma y colores.
Siglo XVIII
La sensibilidad a la luz de ciertos compuestos de plata, particularmente el nitrato y el cloruro de plata, era ya conocida antes de que los científicos británicos Thomas Wedgwood y Humphry Davy comenzaran sus experimentos a finales del siglo XVIII para obtener imágenes fotográficas. Consiguieron producir imágenes de cuadros, siluetas de hojas y perfiles humanos utilizando papel recubierto de cloruro de plata. Estas fotos no eran permanentes, ya que después de exponerlas a la luz, toda la superficie del papel se ennegrecía, con lo cual nunca pudieron llegar a conseguir el fijado de las imágenes.
Siglo XIX


En "Cámara Oscura", la más famosa de las series de Abelardo Morell, el fotógrafo cubano radicado en los Estados Unidos, Morell transforma un ambiente cerrado en una cámara oscura. Como resultado, la escena que transcurre fuera de la habitación, en las calles de la ciudad, se proyecta invertida dentro de ésta, fundiendo de este modo, el espacio exterior con el interior.
Tomamos la experiencia de Niépce y Daguerre y la recreamos. Ocurrió a comienzos del 2000, cuando la tecnología digital recién se masificaba en Chile y en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales (UDP) contábamos aún con un laboratorio de revelado y positivado en blanco y negro, a cargo del fotógrafo Pedro Marinello. Aquí algunas imágenes de registro:




Abajo, Constanza Rebolledo posa varios segundos para que su imagen quede registrada en el papel fotosensible con el que cargamos una de nuestras cámaras oscuras. A continuación, el negativo obtenido de esa toma, y su positivo, conseguido por contacto en el laboratorio.




Otros dos ejemplos:




Mientras Daguerre perfeccionaba su sistema, Talbot desarrolló un procedimiento fotográfico que consistía en utilizar un papel negativo a partir del cual podía obtener un número ilimitado de copias. Talbot descubrió que el papel recubierto con yoduro de plata resultaba más sensible a la luz si antes de su exposición se sumergía en una disolución de nitrato de plata y ácido gálico, disolución que podía ser utilizada también para el revelado de papel después de la exposición. Una vez finalizado el revelado, la imagen negativa se sumergía en tiosulfato sódico o hiposulfito sódico para hacerla permanente. El método de Talbot, llamado calotipo, requería exposiciones de unos 30 segundos para conseguir una imagen adecuada en el negativo. Tanto Daguerre como Talbot hicieron públicos sus métodos en 1839. Ese mismo año John Eilliam Herschel da el nombre de "fotografías" a las imágenes fijas.
En un plazo de tres años el tiempo de exposición en ambos procedimientos quedó reducido a pocos segundos.
En el procedimiento del calotipo la estructura granular de los negativos aparecía en la copia final. En 1847, el físico francés Claude Félix Abel Niépce de Saint-Victor concibió un método que utilizaba un negativo de plancha o placa de cristal. Ésta, recubierta con bromuro de potasio en suspensión de albúmina, se sumergía en una solución de nitrato de plata antes de su exposición. Los negativos de estas características daban una excelente definición de imagen, aunque requerían largas exposiciones.
Puesto que el procedimiento del colodión húmedo estaba casi limitado a la fotografía profesional, varios investigadores trataron de perfeccionar un tipo de negativo que pudiera exponerse seco y que no necesitara ser revelado inmediatamente después de su exposición. El avance se debió al químico británico Joseph Wilson Swan, quien observó que el calor incrementaba la sensibilidad de la emulsión de bromuro de plata. Este proceso, que fue patentado en 1871, también secaba las planchas, lo que las hacía más manejables. En 1878 el fotógrafo británico Charles E. Bennett inventó una plancha seca recubierta con una emulsión de gelatina y de bromuro de plata, similar a las modernas. Al año siguiente, Swan patentó el papel seco de bromuro.
Mientras estos experimentos se iban sucediendo para aumentar la eficacia de la fotografía en blanco y negro, se realizaron esfuerzos preliminares para conseguir imágenes de objetos en color natural, para lo que se utilizaban planchas recubiertas de emulsiones. En 1861, el físico británico James Clerk Maxwell obtuvo con éxito la primera fotografía en color mediante el procedimiento aditivo de color. Alrededor de 1884 el inventor estadounidense George Eastman patentó una película que consistía en una larga tira de papel recubierta con una emulsión sensible. En 1889 realizó la primera película flexible y transparente en forma de tiras de nitrato de celulosa. El invento de la película en rollo marcó el final de la era fotográfica primitiva y el principio de un periodo durante el cual miles de fotógrafos aficionados se interesarían por el nuevo sistema.